Esmeralda Berbel nos propone para escribir con esta consigna hacerlo con cualquier propuesta de escritura anterior. A ella le gusta sugerirles un tema que aún no he tocado y es que los niños escriban acerca de «El lugar más bonito de mi casa». Nos parece una excelente idea.
Escogemos cinco o seis palabras que posean distintas cualidades:
divertidas, exclamativas, poco conocidas, musicales, comunes, onomatopéyicas,
de argot... Las posibilidades son infinitas.
Por ejemplo:
Pis, ¡dios!, pálpito, silente, pasmado, edredón,
toc, toc, jopé...
(A veces hay alguna palabra que no consiguen incorporar en su texto. Si
es solo una, les digo que no importa, que no se bloqueen; y si es más de una o
de dos, el maestro decide si a ese joven le conviene esforzarse un poco o es
mejor que continúe escribiendo sin incorporar esas palabras).
Van a escribir acerca del lugar más bonito de su casa. El profesor les
propone que describan a qué sabe su casa, a qué huele, si es blanda, colorada,
etcétera. Y les explica que tiene cinco o seis palabras preparadas y que a un
chasquido de los dedos dirá una palabra que ellos han de incorporar en su texto
cuando les vaya bien y que, si no la conocen, no importa, que la incluyan por
intuición. Así hasta finalizar la ruleta de palabras.