La descripción

Si estás escribiendo fantasía, dibuja un mapa que te ayude a visualizar la geografía de las extrañas tierras que estás inventando, como hizo J.R.R. Tolkien antes de escribir El Hobbit.

Christopher Edge

 

Escribas la historia que escribas, es crucial que construyas correctamente el mundo donde viven tus personajes, ya que con eso conseguirás una narración más rica y completa a la que el lector querrá volver una y otra vez.

Jeff Norton

 

Cuando escribas, usa la acción y el diálogo para añadir detalles a tu mundo, pero evita generar un exceso de información… Esto sucede cuando ahogas al lector bajo una avalancha de datos y olvidas que le estás contando una historia.

Christopher Edge

  

Hay que imaginarse con gran exactitud todo lo que se quiere contar y describir, representárselo tan exactamente que uno lo vea realmente en la imaginación hasta en sus menores detalles. Esto no quiere decir que haya que describir todo hasta en sus menores detalles. Cuando se hace la descripción basta con limitarse a lo esencial, a lo característico. O sea, hay que imaginarse mucho más de lo que hay después en el texto escrito. Y sin embargo, de una manera extraña y hasta misteriosa, esa representación exacta se transmite después al lector. Yo escribí una vez una historia que tiene lugar en una zapatería. Un amigo que la había leído pudo describirme después con toda exactitud esa zapatería; sabía dónde estaba la puerta, dónde estaba la fila de sillas con las banquetas delante para los pies, dónde el escaparate y la caja. Todo eso coincidía exactamente con la imagen que yo había tenido ante mí al escribir, aunque en la historia propiamente dicha no se había descrito detalladamente nada de eso.

Michael Ende

 

En mi opinión, una verdadera descripción de la naturaleza debe ser breve, poseer carácter y relevancia. Hay que acabar con lugares comunes como «el sol poniente, bañado en las olas del mar oscurecido, vertió su oro carmesí», o «las golondrinas sobrevolando la superficie del agua, goteaban jubilosas». Al describir la naturaleza, uno debe atrapar pequeños detalles, arreglándolos de tal manera que con los ojos cerrados se obtenga en la mente una imagen clara. Por ejemplo, si quieres lograr el efecto total de una clara noche de luna, escribe que el trozo de cristal de una botella rota brillaba como una pequeña estrella en el estanque del molino, mientras la sombra oscura de un perro o un lobo pasó bruscamente como una pelota, y así sucesivamente. La naturaleza cobrará vida si no temes comparar sus fenómenos con acciones humanas ordinarias.

Anton Chejov

 

 

 

Al día siguiente de cambiarse de casa, Coraline fue a explorar.

Recorrió el jardín, que era grande. Al fondo había una antigua cancha de tenis, pero en la casa nadie practicaba ese deporte: la valla que rodeaba la pista tenía agujeros, y la red estaba totalmente deshecha. Había una vieja rosaleda llena de rosales enanos consumidos por los insectos; un jardincito rocoso que era todo piedras, y un corro de brujas, es decir, un grupo de húmedos hongos venenosos de color marrón que olían fatal si se pisaban accidentalmente.

También había un pozo. Al día siguiente de que la familia de Coraline llegase a la casa, la señorita Spink y la señorita Forcible advirtieron a la niña con gran insistencia de lo peligroso que era, y le aconsejaron que no se acercase a él. Por eso Coraline decidió investigar, para saber dónde estaba el pozo y mantenerse después a distancia prudencial.

Lo encontró al tercer día, en un prado lleno de matas que había junto a la cancha de tenis, detrás de una arboleda. Era un círculo de ladrillos de poca altura, semioculto entre las altas hierbas. Para que nadie se cayese dentro, el pozo tenía una tapa de tablas de madera. En una había un agujerito, y Coraline se pasó toda una tarde lanzando piedrecitas y bellotas por allí, y esperando a oír el «plof» que hacían al hundirse en el agua, muy abajo.

Coraline buscó también animales. Encontró un erizo, la piel de una serpiente (pero no a su dueña), una piedra que parecía una rana y un sapo que parecía una piedra.

Había además un altivo gato negro que se sentaba en los muros y en los troncos de los árboles y la observaba, pero cuando se acercaba para jugar con él escapaba.

Y así pasó las dos primeras semanas en la casa: explorando el jardín y los alrededores.

Neil Gaiman

Coraline

  

 

A la hora de que nuestros alumnos/as desarrollen la capacidad de describir, es importante tener en consideración estos consejos de Christopher Edge:

 

Piensa en el lugar donde se ambienta la escena. Si es un sitio que el lector puede reconocer, como un parque, añade detalles que hagan que el escenario cobre vida. Quizás, por ejemplo, en el patio haya un columpio que cuelga de una cadena rota.

Incluye detalles que le permitan al lector formarse una imagen mental del lugar, en vez de describir un lugar típico.

Si estás describiendo un lugar que el lector no conozca, como un mundo fantástico, tendrás que describir el contexto con muchos pormenores para que los lectores sean capaces de visualizarlo.

 

Haz que el lector entre en contacto con las experiencias de tus personajes apelando a sus sensaciones: lo que ven, oyen, tocan, saborean y huelen.