¿Qué pasaría si…?

Una pregunta absurda como detonante de un texto. La creatividad al servicio del juego escrito. De nuevo, de la mano de la Gramática de la fantasía:

 

«Las hipótesis —ha escrito Novalis— son redes: tú tiras la red y alguna cosa consigues tarde o temprano.»

Aquí tenemos un ejemplo ilustre: ¿Qué pasaría si un hombre se despertase transformado en un inmundo escarabajo? A esta pregunta dio respuesta Franz Kafka en su Metamorfosis. No quiero decir con esto que la obra naciera como respuesta deliberada a esta pregunta, pero su forma es la del desarrollo de la hipótesis hasta sus últimas consecuencias. Dentro de esta hipótesis todo se vuelve lógico y humano, se carga de significados abiertos a toda clase de interpretaciones, el símbolo vive una vida autónoma y son muchas las realidades a las que se adapta.

Esta técnica de las «hipótesis fantásticas» es simplísima. Su fórmula es la de la pregunta: «¿Qué pasaría si…

Para formular la pregunta se escogen al azar un sujeto y un predicado. Su unión nos dará la hipótesis sobre la que trabajar. Tomemos el sujeto «Reggio Emilia» y el predicado «volar»: «¿Qué pasaría si la ciudad de Reggio Emilia volase?» Tomemos el sujeto «Milán» y el predicado «rodeada por el mar»; «Qué pasaría si de repente Milán se encontrase rodeada por el mar?»

He aquí dos situaciones en las cuales los acontecimientos narrativos se multiplican hasta el infinito.


En grupo, formularemos las preguntas más absurdas que se nos ocurran y a raíz de ellas empezaremos nuestros relatos.

 

Con los niños sucede que la diversión mayor consiste en formular las preguntas más ridículas y sorprendentes: justo porque el trabajo que sigue, el desarrollo del tema, no es otra cosa que la aplicación y desarrollo de un descubrimiento ya conocido, a menos que éste se preste —complicando la experiencia personal del niño, su ambiente, su comunidad— a una intervención directa, a una aproximación insólita a una realidad ya cargada, para él, de significado.

Recientemente, en una escuela media, los niños y yo hemos formulado juntos, esta pregunta: ¿Qué pasaría si un cocodrilo se presentase a un concurso de televisión?

 

Gianni Rodari