Y otra consigna más de la mano del maestro italiano:
La más simple posibilidad de inventar historias cómicas nace del
aprovechamiento del error. Las primeras historias serán más basadas en los
gestos que en las palabras. El papá se pone los zapatos en las manos. Se pone
los zapatos en la cabeza. Quiere comer la sopa con un martillo…
De gestos equivocados nacen después las historias propiamente dichas.
De esos gestos nacen galerías enteras de personajes igualmente equivocados.
Un señor va al zapatero a encargarle un par de zapatos para las manos.
Es un señor que camina sobre las manos. Con los pies come y toca el piano. Es
un hombre al revés. Habla al revés. Al agua la llama «pan», y a la naranja la
llama «limón» …
Un perro que no sabe ladrar, pide a un gato que le enseñe, y
naturalmente éste le enseña a maullar. Después va a pedir ayuda a una vaca que
le enseña a mugir: ¡muuh!
Un caballo desea aprender a escribir a máquina. A golpes de pezuña
destroza docenas de máquinas de escribir. Le construyen una grande como una
casa, y para escribir en ella debe galopar entre las teclas…
Gianni
Rodari
Entre todos, hablaremos
de algunas palabras que pudiesen llevar a equívocos graciosos, y con una de
ellas, cada alumno/a deberá de escribir el principio de una historia, siguiendo
las indicaciones de la consigna anterior.