Para empezar a escribir nuestra historia, nada mejor que leer a los grandes escritores. Ya sabéis, es muy difícil escribir bien si no leemos. De ellos, aprenderemos el cómo.
Aquí tenéis dos principios de cuento pertenecientes a William Goyen, del libro "Cuentos completos".
El coyote
Una tarde de finales de otoño hubo
una gran conmoción entre la gente del valle del río. Alguien había visto un
coyote rojo que corría por el camino a Cranestown con un pavo de la granja de
los Coopers en la boca. Mark Coopers organizó con rapidez una partida porque,
además de sus pavos, también estaban en peligro las ovejas, terneros y pollos
de otras granjas. Él sabía cómo convocar a los hombres de Cranestown ante el
más mínimo indicio de lo que, a su criterio, podía ser un desastre o un peligro
para todos, y en especial para él mismo. Se organizó con rapidez una partida
para cazar al ladrón.
—Hay
alguien tirado en el campo —vino a decirnos mi hermanito.
Eran las ocho en punto de la mañana
y hacía tanto calor que la hierba despedía humo y los saltamontes cantaban.
Durante días, había corrido la voz de que llegaba un huracán. Desde ayer
sentíamos sus indicios: una quietud en el aire seguida por la abrupta
ondulación del viento; el cielo parecía más alto y parecía lavado.
—Debe de ser un molinero borracho
que duerme en la hierba o un vagabundo. Hasta puede ser tu tío Bud, quién sabe
—me dijo mi padre—. Ve a ver qué es.
—Ven conmigo —le pedí—. Tengo
miedo.
Encontramos a una pobre criatura
golpeada que no respondía a las llamadas de mi padre. Llevamos a la persona
inconsciente al porche trasero y la acostamos en el sillón.