El proceso

Para mí escribir es un viaje, una odisea, un descubrimiento, porque no estoy nunca seguro de lo que encontraré.

Gabriel Fielding

 

El proceso creador no es doloroso, aunque sí es un trabajo duro. Escribir es una ocupación muy absorbente y, a veces, agotadora. Uno siente, antes que nada, el imperativo de ordenar los hechos que uno observa y de darle significación a la vida: y junto con eso va el amor a las palabras por las palabras mismas y el deseo de manejarlas…

Aldous Huxley

 

En mi caso, una historia generalmente comienza con una sola idea, un solo recuerdo o una sola imagen mental. La composición de la historia es simplemente cuestión de trabajar hasta el momento de explicar por qué ocurrió la historia o qué otras cosas hicieron ocurrir a continuación. Un escritor trata de crear personas creíbles en situaciones conmovedoras creíbles de la manera más conmovedora que pueda.

William Faulkner

 

Lo que quiero decir es que en el proceso creativo hay dos partes, hay una parte que es de pura disciplina, de trabajo. Una novela requiere muchas horas, meses, transpiración. Pero esa disciplina muchas veces sentimos que no lleva a ninguna parte. Uno tiene una idea para una novela, tiene unos personajes, los apunta, empieza a trabajar sobre eso, pero nota que algo falla, nota que no se está produciendo lo que tiene que producirse. Y de pronto todos esos materiales que había rondando de pronto allí hay un dato mínimo que hace que todo eso cambie (…)

Antonio Muñoz Molina

 

Cuando comienzo, tengo una idea bien elaborada sobre el libro y cómo debería marchar, porque, generalmente he estado pensando en él y tomando notas durante meses si no años. Normalmente ya tengo el final en mente, a menudo, el último párrafo palabra por palabra. Empiezo por el principio y me ciño al sendero marcado y no a una senda de ballenas. Si resulta que termino en mar abierto, mi brújula es el instinto narrativo, con la ayuda del astrolabio, que es el tema. El destino, dondequiera que esté, ya está, como dije, definido. Si me extravío no es una excursión larga, lo suficiente para conocer el océano si no el mundo. La idea original, alterada pero reconocible, en su conjunto, sigue siendo la misma.

Bernard Malamud


Hoy trabajaremos sobre el siguiente relato de Julio Cortázar.

 

Las líneas de la mano

De una carta tirada sobre la mesa sale una línea que corre por la plancha de pino y baja por una pata. Basta mirar bien para descubrir que la línea continúa por el piso de parqué, remonta el muro, entra en una lámina que reproduce un cuadro de Boucher, dibuja la espalda de una mujer reclinada en un diván y por fin escapa de la habitación por el techo y desciende en la cadena del pararrayos hasta la calle. Ahí es difícil seguirla a causa del tránsito, pero con atención se la verá subir por la rueda del autobús estacionado en la esquina y que lleva al puerto. Allí baja por la media de nilón cristal de la pasajera más rubia, entra en el territorio hostil de las aduanas, rampa y repta y zigzaguea hasta el muelle mayor y allí ( pero es difícil verla, solo las ratas la siguen para trepar a bordo ) sube al barco de turbinas sonoras, corre por las planchas de la cubierta de primera clase, salva con dificultad la escotilla mayor y en una cabina, donde un hombre triste bebe coñac y escucha la sirena de partida, remonta por la costura del pantalón, por el chaleco de punto, se desliza hasta el codo y con un último esfuerzo se guarece en la palma de la mano derecha, que en ese instante empieza a cerrarse sobre la culata de una pistola.

FIN

Julio Cortázar

Historias de cronopios y de famas, 1962

 

Leeremos el microrrelato explicando la historia de esta línea viajera. Se puede dejar el final abierto o inventar otro (o que lo inventen ellos).

Se explicarán las palabras desconocidas.

Los alumnos escriben el recorrido de una línea que se escapa y se va de viaje. Se escapa del lugar que quieran y viaja a donde imaginen. El profesor puede dar algunos ejemplos y preguntarles dónde ven líneas, cómo se mueven, de qué textura son, qué quieren, etcétera.